SEPTIMO DIA DE
LA NOVENA DE NAVIDAD
1.- Oración para comenzar
Benignísimo
Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la
mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las
entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te
damos gracias por tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor,
el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más
justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos,
Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de
paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo
como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor
y la paz. Amén.
Padre Nuestro.
2.- Oración para la familia
Señor,
haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque Tú nos das
comprensión. Que no haya amargura porque Tú nos bendices. Que no haya egoísmo
porque Tú nos alientas. Que no haya rencor porque Tú nos das el perdón. Que no
haya abandono porque Tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en tu
diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que
cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que
quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos lo que
anhelas, ayúdanos a educarlos, orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en
el apoyo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que cuando amanezca
el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre
en ti. Amén.
3.- Oración a la Virgen
Soberana
María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de
nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera
vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del
pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las
ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido.
Madre
de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.
4.- Oración a San José
Santísimo
San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para
hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia;
que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo;
que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos,
entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los
hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo
de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.
Padre Nuestro.
5.- Meditación del día
Séptimo
día para crecer en GENEROSIDAD.
La
generosidad es la capacidad de dar con desinterés, es la virtud en la cual el
amor le gana la carrera al egoísmo.
Es
en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un
amor que no se agota en las palabras.
Y
eso es lo que celebramos en la Navidad: el gesto sin par de un Dios que se da a
sí mismo. Lo destaca San Pablo: “espero que también se distingan en
generosidad... Ya conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que,
siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su
pobreza”.
Es
un pasaje bíblico en que el apóstol invita a los Corintios a compartir sus
bienes con los necesitados. 2Cor 8, 7 – 15.
Sabemos
amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros
mismos en lugar de dar sólo cosas.
Tomemos
pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar
alegría y esperanza.
Son
los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero.
Demos
amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y sacarás
amor.
6.- Oración al niño Dios
Señor,
Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu
amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el
Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres
nuestro Hermano.
Que
esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa
a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar
la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor
y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.
Gloria al Padre.
7.- Gozos
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado.
Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almás! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor
humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has
salvado.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almás! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu
esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de
tus dulces labios.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.
Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven
hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los
hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.
Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi
llanto.
Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu
paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras
almas! ¡Ven, no tardes tanto!
-
Ven Salvador nuestro por quien suspiramos. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no
tardes tanto!
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